domingo, 25 de abril de 2010

Atracción Sexual

La fuerza de la naturaleza es incontrolable. Es la potencia que abre la tierra, forma los vientos y mueve las masas oceánicas. Es el origen primero. Y se resume en una sola palabra: energía.


Esa energía trasladada a la escala humana se llama sexo. Vitalidad y potencia heredada de la naturaleza. Porque forma parte de ella. Y porque es el núcleo de la existencia. Parece inútil la polémica sobre si el sexo es o no importante en la vida de una persona. No es importante, es trascendente. Porque de esa energía se deriva la vida misma. Es la fuente que alimenta el más alto placer individual. Y es un lenguaje social de signos y mensajes que envían los cuerpos para atraer o rechazar a los demás, en un juego de relaciones que cada cultura adapta según sus preferencias y prejuicios.


La naturaleza reconoce dos sexos complementarios, identificados y separados por sus particularidades físicas. Y cada organismo actúa según los mensajes que le envían esas sustancias que funcionan como combustible del sexo, las hormonas. Cuando el deseo se insinúa, la libido entra en funcionamiento y los cinco sentidos se disponen a satisfacerlo con olores excitantes, sabores tentadores, texturas estimulantes, escenas provocativas o sonidos sugerentes.


Ese es el momento en el que la energía suprema se pone en acción, los sentidos actúan por sí mismos. La atracción es vigorosa y crece hasta lo incontrolable, con la propia naturaleza.

Por Alicia Gallotti

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