sábado, 30 de enero de 2010

La capacidad de fantasear en las parejas

La capacidad de fantasear en las parejas



La capacidad de fantasear de la pareja es un indicador de la creatividad, y de la flexibilidad de la pareja, así mismo de la confianza entre ambos



Para tener una sexualidad plena y duradera las parejas tienen un gran aliado “Las Fantasias”, las fantasías son necesarias y además estimulantes. Son la manera más divertida de explotar nuestro potencial erótico al sumergirnos en representaciones no reales de nuestra vida cotidiana. Son un estímulo que despierta el deseo, y nos dejan llevar por un grado de excitación extremo, que en circunstancias normales no alcanzaría el mismo grado, pues parece ser que el sólo hecho de llevar un antifaz nos desinhibe permitiéndonos llegar hasta donde normalmente nos limitamos el derecho a disfrutar plenamente de nuestra sexualidad.



Muchas personas le temen a sus fantasías sexuales, tal vez porque las fantasías no coinciden con lo que es su vida real. Piensan que al realizar una fantasía les puede llevar a convertirlas en algo cotidiano que va en contra de su educación y de lo que le está permitido por la sociedad. Pero no distinguen que eso es precisamente lo que las hace tan especiales en la vida de pareja.

Pero además la mayoría de las personas suelen tener resistencia a compartir las fantasías, aún con la propia pareja. Por simple vergüenza, el que dirá mi pareja, pensar que sólo uno se imagina semejantes cosas, estos factores pueden actuar en contra de las fantasías y de la comunicación entre la pareja para expresar los diferentes gustos. Llegando a convertirse en una conducta contraria a la de las fantasías, una conducta represiva en la cual se inhiben conductas tan normales y tan sanas como las fantasías, llegando a estados de culpabilidad y temor a ser descubiertas y criticadas, las fantasías son normales, los pensamientos más allá de nuestras realidades sexuales oxigenan las relaciones.

Las parejas que se permiten fantasear y comparten plenamente sus fantasías, suelen incrementar su erotismo reforzando su vida de pareja. El erotismo se estimula aprovechando nuestros cinco sentidos podemos representar fantasías para cada uno de ellos, para las vista como quisiéramos que ver vestida a nuestra pareja, para el gusto que sabor queremos disfrutar sobre su cuerpo, la imaginación de cada cual debe fluir y compartirse con la pareja, de modo común se llegara a acuerdos para cumplir con las fantasías que no vallan en contra de la pareja, en contra de la relación, lo más importante es comunicarla a la otra persona, no reprimirla en la mente. Muchas veces una fantasía cumple una necesidad insatisfecha, cuando ésta se logra, ya no se necesita de esa fantasía en particular.

Las fantasías pueden ser utilizadas para separarse de su pareja real durante la relación sexual, también para salir de la rutina, para hacer con la mente lo que no harían con su cuerpo, para enriquecer el momento sexual, también es normal fantasear estando solos.

Hoy está comprobado que sin fantasías la vida sexual plena es casi imposible, ellas añaden la variedad que no permite que la sexualidad caiga en la rutina. Por eso tenemos que aprovecharnos de las fantasías ya que la posibilidad de fantasear es la que nos diferencia de otras especies que sólo usan su genitalidad para aparearse.

La capacidad de fantasear de la pareja es un indicador de la creatividad, y de la flexibilidad de la pareja, así mismo de la confianza entre ambos

Para tener una sexualidad plena y duradera las parejas tienen un gran aliado “Las Fantasias”, las fantasías son necesarias y además estimulantes. Son la manera más divertida de explotar nuestro potencial erótico al sumergirnos en representaciones no reales de nuestra vida cotidiana. Son un estímulo que despierta el deseo, y nos dejan llevar por un grado de excitación extremo, que en circunstancias normales no alcanzaría el mismo grado, pues parece ser que el sólo hecho de llevar un antifaz nos desinhibe permitiéndonos llegar hasta donde normalmente nos limitamos el derecho a disfrutar plenamente de nuestra sexualidad.

Muchas personas le temen a sus fantasías sexuales, tal vez porque las fantasías no coinciden con lo que es su vida real. Piensan que al realizar una fantasía les puede llevar a convertirlas en algo cotidiano que va en contra de su educación y de lo que le está permitido por la sociedad. Pero no distinguen que eso es precisamente lo que las hace tan especiales en la vida de pareja.

Pero además la mayoría de las personas suelen tener resistencia a compartir las fantasías, aún con la propia pareja. Por simple vergüenza, el que dirá mi pareja, pensar que sólo uno se imagina semejantes cosas, estos factores pueden actuar en contra de las fantasías y de la comunicación entre la pareja para expresar los diferentes gustos. Llegando a convertirse en una conducta contraria a la de las fantasías, una conducta represiva en la cual se inhiben conductas tan normales y tan sanas como las fantasías, llegando a estados de culpabilidad y temor a ser descubiertas y criticadas, las fantasías son normales, los pensamientos más allá de nuestras realidades sexuales oxigenan las relaciones.

Las parejas que se permiten fantasear y comparten plenamente sus fantasías, suelen incrementar su erotismo reforzando su vida de pareja. El erotismo se estimula aprovechando nuestros cinco sentidos podemos representar fantasías para cada uno de ellos, para las vista como quisiéramos que ver vestida a nuestra pareja, para el gusto que sabor queremos disfrutar sobre su cuerpo, la imaginación de cada cual debe fluir y compartirse con la pareja, de modo común se llegara a acuerdos para cumplir con las fantasías que no vallan en contra de la pareja, en contra de la relación, lo más importante es comunicarla a la otra persona, no reprimirla en la mente. Muchas veces una fantasía cumple una necesidad insatisfecha, cuando ésta se logra, ya no se necesita de esa fantasía en particular.

Las fantasías pueden ser utilizadas para separarse de su pareja real durante la relación sexual, también para salir de la rutina, para hacer con la mente lo que no harían con su cuerpo, para enriquecer el momento sexual, también es normal fantasear estando solos.

Hoy está comprobado que sin fantasías la vida sexual plena es casi imposible, ellas añaden la variedad que no permite que la sexualidad caiga en la rutina. Por eso tenemos que aprovecharnos de las fantasías ya que la posibilidad de fantasear es la que nos diferencia de otras especies que sólo usan su genitalidad para aparearse.

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